Mar 19, 2018 | 11:00 AM
Con la ayuda de tecnología pionera, la Red de Salud Universitaria de Canadá (UHN) se convirtió en el programa de trasplante de órganos para adultos más grande de América del Norte en 2017.
La red, que incluye Hospital General de Toronto, el Hospital de Occidente de Toronto y el Centro de Cáncer Princesa Margaret, completó 639 trasplantes de adultos el año pasado. Cabe destacar que el Centro Médico de la UCLA fue el segundo en volumen, realizando 607 trasplantes en adultos, y el Centro Médico de la Universidad de California en San Francisco fue el siguiente, con 601.
“Me siento muy privilegiado de trabajar junto a un equipo tan notable y talentoso de cirujanos, médicos y enfermeras”, dijo el doctor Atul Humar, a cargo del Programa de trasplante multiorgánico en UHN.
“Para nosotros, se trata de nuestros pacientes y la gran diferencia que podemos hacer en sus vidas”, agregó.
El logro se debe, en parte, al Sistema de Perfusión de Toronto XVIVO, que preserva los órganos fuera del cuerpo para que puedan ser usados de forma segura para un trasplante. Los órganos se recuperan de los donantes que han muerto y reciben oxígeno y nutrientes que les permiten ser preservados fuera del cuerpo por hasta 20 horas. El doctor Shaf Keshavjee, cirujano en jefe de UHN, es el arquitecto de XVIVO.
Con dicho sistema, los médicos pueden tomar órganos que “normalmente rechazaríamos, los evaluamos, tratamos y mejoramos para que podamos usarlos”, dijo Keshavjee. XVIVO es “el mayor contribuyente al aumento de la cantidad de órganos que podemos utilizar para salvar más vidas”.
Si bien la tecnología se puso en marcha por primera vez para los pulmones, puede aprovecharse para el hígado y el riñón. Asimismo, la investigación sobre su uso para el corazón ha comenzado.
Keshavjee subrayó que los médicos en Estados Unidos y Europa también usan XVIVO, comentando que realiza conferencias con otros médicos para explicar cómo funciona el sistema.
El experto agregó que “una persona puede salvar la vida de ocho personas y cambiar la vida de esas ocho personas”, refiriéndose a los ocho órganos que una persona puede donar.
“Creo que cuando las personas ven lo bueno que resulta, realmente no hay motivo para no firmar su tarjeta de donante de órganos”, concluyó.
Fuente: thestar.com
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