Jul 23, 2019 | 2:00 PM
Cada semana, el Mercado de agricultores de la ciudad de Bradford, en Ontario, Canadá, mantiene un stand o módulo abierto para grupos de la comunidad.
El sábado, el stand comunitario gratuito promovió la donación de órganos y la campaña beadonor.ca, alentando a los residentes de Ontario a registrarse para convertirse en donantes de órganos y tejidos, y promoviendo el hecho de que un donante puede salvar hasta ocho vidas.
Esta vez, el módulo fue ocupado por una donante de órganos y una receptora.
Hace trece años, Marilyn Bruzzese donó uno de sus riñones para salvar la vida de su mejor amiga, Denise Mulholland.
Más recientemente, Reneka Slykhuis Ferreri recibió un trasplante de hígado que también le salvó la vida.
Bruzzese y Ferreri todavía son una minoría. Según las estadísticas, Bradford posee 8,629 donantes de órganos registrados, quienes han firmado sus tarjetas de donantes o se han registrado en línea para dar regalos de vida después de su fallecimiento. Dicha cifra representa solo el 27 por ciento de todas las personas que cuentan con una tarjeta de salud, la cual no ha cambiado mucho a lo largo de los años.
“La tasa de porcentaje de Estados Unidos es más alta que la nuestra, y podemos ser mejores”, dijo Ferreri. Tal sentimiento se enlaza con una nueva campaña de donación de órganos, en donde se les pide a los residentes de Ontario que “sean héroes y dejen un legado”.
Volviendo al stand, Bruzzese y Ferreri entregaron folletos con información sobre la donación de órganos y tejidos y, al mediodía, lograron inscribir a cinco nuevos donantes.
Bruzzese, quien llevaba puesta una camiseta que proclamaba “I shared my spare” (compartí uno de mis repuestos), puso la necesidad en perspectiva.
“Hace trece años, cuando Denise y yo tuvimos nuestros trasplantes, había 1,600 personas en lista de espera para un trasplante de órganos que les salvara la vida”, comentó. “Todavía hay 1,600 en espera”.
Fuente: Bradford Today
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