Ago 17, 2018 | 10:00 AM

Italia y España concretan el primer trasplante cruzado internacional de riñón de todo el sur de Europa

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Dos parejas, una italiana y otra española, se intercambiaron como donantes y receptores renales en el primer trasplante cruzado internacional de riñón practicado en España y en todo el sur de Europa, como parte de un proyecto liderado por la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), que sabía de la necesidad de ampliar el registro de parejas y de hospitales participantes.

Dichas intervenciones de extracción y trasplante tuvieron lugar en la Fundación Puigvert de Barcelona (España) y el Ospedale Cisanello de Pisa (Italia) hace aproximadamente un mes.

Gracias a un programa computacional, que cruza los datos para buscar el mayor número de combinaciones posibles, surgió este intercambio entre ambas naciones, que benefició a una mujer y un hombre de mediana edad.

Al día de hoy, los donantes y receptores se hallan “en perfecto estado” y ya fueron dados de alta, según dijo la ONT.

Cabe destacar que el primer trasplante cruzado de donante vivo —solo se hace en riñón— tuvo lugar en España en 2009 y desde entonces, se ha intervenido con esta modalidad a 194 personas. Ahora, esta reciente intervención representa ya la tercera de índole internacional que se ha practicado en el mundo (la primera fue en Estados Unidos, y la segunda en República Checa y Austria).

El Programa Internacional de Trasplante Renal Cruzado, del cual son partícipes los países de la llamada Alianza de Trasplantes del Sur (España, Francia, Italia, Portugal, República Checa y Suiza), se basa en intercambiar donantes vivos de riñón entre dos o más parejas, a fin de ofrecer a pacientes con insuficiencia renal la posibilidad de recibir un injerto, sin importar que su pareja o familiar que desea hacer efectiva la donación sea incompatible.

Dicha red internacional cuenta ya con 113 parejas, la mayoría aportadas por España (79). Sin embargo, la intención es ampliar el número de donantes-receptores y los países participantes.

 

Fuente: El País

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