May 11, 2022 | 9:53 AM

Día de las madres: Un amor que se siente con el corazón… y otros órganos

Hace 10 años Pily supo que un trasplante de riñón podía mejorar la calidad de vida de su hijo, por lo que no dudó en ser la persona para ayudarlo a través de la donación de un órgano.

Para María del Pilar Martínez, o Pily como le dicen personas cercanas, en este Día de las madres amor incondicional significa no dudar en ayudar, no pensar si una situación te da miedo, sino en el beneficio que traerá a un ser querido, en este caso, la donación de riñón a su hijo.

“Me tocó ayudarlo a él, pero igual sería si me hubiera tocado con mis otras hijas o con mi esposo. No es pensar en lo que te puede pasar, únicamente en el bien que le vas a hacer a la otra persona”, afirmó en entrevista con Grupo Fórmula en el marco del 10 de mayo.

Su hijo se llama Herveey, hoy tiene 26 años, pero la razón por la que Pily tomó una decisión importante fue hace una década.

Ocurrió poco antes de que el joven cumpliera 16 años; comenzó a notar problemas de visión, como que percibía manchas oscuras que le dificultaban ver, y dolores de cabeza.

Después de contarle a su mamá sobre lo que sentía, ella lo llevó a una revisión médica y ahí le detectaron que tenía la presión alta. Tras una serie de análisis y estudios, hallaron la razón.

Herveey padece insuficiencia renal crónica, lo que significa la pérdida gradual de funciones del riñón, que inciden incluso en cuestiones hormonales.

Para ese entonces, los médicos y especialistas les presentaron diferentes opciones, desde cuidar la alimentación del joven para tener una función adecuada de los riñones o considerar tratamientos a futuro como diálisis.

Otra opción era poder acceder a un trasplante de riñón, de esta forma se buscaba evitar que el joven comenzara con estos tratamientos a una edad temprana y que tuviera una mejor calidad de vida; sin embargo, no siempre es fácil conseguir a una persona que sea candidata para la donación de riñón.

“Me decían mis doctores: hay que movernos rápido para poder hacerlo antes de llegar a los otros tratamientos”, contó Herveey.

Ahí fue cuando su mamá ni siquiera pensó 2 veces lo que quería pues se ofreció para la donación de riñón a su hijo; su esposo también podía ofrecerse, pero en ese entonces se recuperaba de una cirugía por lo que no podía ser un candidato viable.

“Yo no lo pensé, en ningún momento lo dudé, y si me dijeran otra vez, estaría dispuesta a pasar por lo mismo. Una no lo piensa, hasta te pone de nervio cuando te hacen los estudios porque ojalá y que salgas compatible”, señaló Pily.

Por supuesto el proceso previo a la eventual donación de riñón aún requirió hacer ciertas pruebas y estudios como toma de rayos X, muestras de sangre, y orina; fueron tanto para Pili como Herveey, de esta forma se buscaba verificar que fueran compatibles y realizar el trasplante de forma correcta.

Afortunadamente lo fueron, así que ese mismo año se pudo coordinar todo para seguir adelante, un plazo relativamente corto considerando que hay personas que esperan años para encontrar donadores compatibles.

Amor incondicional desde las entrañas

Pasó aproximadamente medio año entre el tiempo en que Herveey supo que tenía insuficiencia renal crónica, y el día en que recibió el trasplante de riñón.

Fue de marzo del 2012 al 16 de octubre de ese mismo año, proceso que ocurrió en el Hospital de Especialidades no. 71 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Torreón, Coahuila, donde viven.

Aunque el procedimiento de la donación de riñón como tal no es garantía pues aún se tiene que ver cómo se adapta o “acepta” el cuerpo este órgano, en su caso este fue favorable.

En tanto que los tiempos de recuperación para cada uno fueron diferentes, pues mientras él se quedó internado por un par de semanas para revisar la respuesta de su cuerpo y tuvo que ir a consultas prácticamente cada semana, a ella le dieron el alta apenas unos días después del trasplante.

Aunque recordó que en los primeros días sí sintió dolor, hoy quedó como un recuerdo, pues en cuanto a salud dijo sentirse bien, y tener cuidados correspondientes de lo que come, por ejemplo, evita la sal en exceso o las carnes rojas.

Eso físicamente, pues anímicamente su respuesta es de alegría: “Pude darle la oportunidad de que tuviera una mejor calidad de vida, y gracias a esa oportunidad pudo acabar la prepa, cursar la universidad y ahora trabajar”, dijo Pily.

De hecho hace unos años, en 2017, Herveey cofundó un proyecto social llamado Regala Vida Laguna con el que busca concientizar sobre la donación de riñón y de órganos, tanto en vida como al fallecer.

Lo hacen a través de pláticas o conferencias en las que de la mano de especialistas en el área de trasplantes y nefrólogos capacitan a su equipo de trabajo para difundir la información tanto en escuelas como centros culturales. A futuro buscan apoyar con recursos para personas que necesitan el trasplante, por ejemplo, para los traslados a consultas que llegan a ser continuas.

Actualmente Herveey está en un nuevo proceso médico, pues comenzó la búsqueda de un nuevo donador que en esta ocasión, podría ser su papá.

Según comentó la familia a Grupo Fórmula, los médicos les explicaron que el riñón de su mamá dejó de funcionar como debería en el cuerpo del joven. Por ello su papá y él están en análisis y revisiones para verificar si son compatibles para la donación de riñón.

Y aunque ya pasaron 10 años desde aquél primer trasplante de su madre, Herveey recordó esas fechas y vio ese momento como una acción que reafirmó la unidad con su mamá.

“Siempre hemos sido muy unidos, nos apoyamos, lo que hizo este proceso fue reafirmar el hecho de que me quiere y me ama como su hijo, y yo la quiero y la amo como mi mamá”, expresó el joven.

Cuando el amor de una madre tiene “limites”

De acuerdo con cifras del Centro Nacional de Trasplantes (Cenatra), hasta el primer trimestre del 2022 había en México más de 17 mil personas en espera de la donación de riñón.

Aunque los casos de Pily y su hijo fueron compatibles, existen situaciones en las que no siempre son así y las razones pueden ser diversas; por ejemplo, puede ser por incompatibilidad de grupos sanguíneos.

Así lo explicó Alejandra Cicero, cirujana de trasplantes en el Hospital ABC y que colabora en Pro-Renal, asociación civil que vincula a través de un algoritmo a posibles donadores con personas que requieren estos trasplantes.

La cirujana indicó que cuando los casos se descartan por incompatibilidad, al paciente se le pide buscar a otro donador o donadora o se le estudia para registrarlo en la lista de espera en su respectivo hospital.

Esto se complica en cuanto a los tiempos de la donación de riñón considerando que cada año se realizan entre 2 mil y 3 mil trasplantes, cuando la lista de personas en espera es aún mayor.

“Desgraciadamente en México los tiempos de espera para recibir un riñón varían muchísimo, pueden pasar 5 años y se va deteriorando la salud y a veces llegan a fallecer por la falta de este órgano”, explicó Alejandra Cicero.

Por ello, cuando las y los pacientes se enfrentan a ello buscan alternativas para dar con un donador o donadora compatible, lo que a veces se vuelve un nuevo reto.

Herveey sabe de esta problemática y por ello al hablar sobre el Día de las Madres reiteró su agradecimiento al amor incondicional que mostró Pily. “Literal ella te da la vida otra vez (…) Gracias a esa donación que mi mamá me dio, pude ‘durar’ otros 10 años y aquí estoy ahorita”.

Dale vida a muchas vidas