Dic 20, 2019 | 2:00 PM
El mes pasado, un bebé originario de Reino Unido llamado Reggie, quien debido a un defecto congénito raro nació con solo la mitad de su corazón, se encontraba en estado crítico cuando sus padres recibieron la noticia que tanto habían anhelado: un órgano donado por fin se encontraba disponible para el pequeño.
La travesía comenzó en 2017 cuando la madre de Reggie, Anouska, aún llevaba al bebé en su vientre, pues tras acudir a su revisión durante la semana 20 de embarazo, la ecografía reveló que había algo mal con el corazón del menor.
Fue así que pese a ser un embarazo de alto riesgo y de las pocas probabilidades que Reggie tenía de sobrevivir, sus padres hicieron todo lo que estuvo en sus manos para ayudar a que su hijo pudiera nacer.
En la semana 39, se le indujo el parto a Anouska, y Reggie fue llevado de urgencia al Hospital Freeman, en Newcastle, donde recibió su primera cirugía a corazón abierto.
A partir de ese momento, la vida de Reggie sería un ir y venir del hospital, realizándole una serie de cirugías para mantener su salud a raya, las cuales concluirían en enero de 2019.
Aunque esa última cirugía fue exitosa, los doctores hallaron un nuevo problema que forzó a Reggie a permanecer en el hospital por 10 semanas más.
Fue en ese tiempo cuando el papá de Reggie, Chris, y Anouska, recibieron la noticia de que la única alternativa que le quedaba al pequeño era un trasplante cardíaco; y para el mes de julio de este año, Reggie tuvo que ser conectado a un soporte vital.
Sin embargo, Reggie y sus padres recibieron el mejor regalo de Navidad, pues gracias a la donación de órganos, el niño está sano y se está recuperando adecuadamente.
“Estamos celebrando todos los días, porque cada día es uno que no pensamos que tendríamos con Reggie”, destacó Anouska, quien tiene 26 años y es originaria de Kirkby Stephen, Cumbria.
Fuente: Mirror
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