Sep 27, 2018 | 11:00 AM
Antes de que naciera, los padres de Lilah recibieron la noticia de que su bebé tenía un defecto de nacimiento incompatible con la vida, pero optaron por llevarla a término para poder salvar la vida de otra persona.
La hija de Jessica y Sampson Shnurman vivió sólo nueve días, pero eso no impidió que se sintieran orgullosos de que los diminutos órganos de su niña pudieran salvar la vida de otro bebé.
Un ultrasonido durante la semana 13 de embarazo de Jessica mostró que su pequeña tenía un gran quiste lleno de líquido en la parte superior de la columna vertebral. Los médicos le dijeron a la pareja que Lilah no podría vivir, pues el defecto impedía que su cerebro se desarrollara como debía.
Jessica, de 30 años, una enfermera quirúrgica, y Sampson, de 31 años, un contratista, continuaron el embarazo a término, pero preguntaron a los médicos si Lilah sería candidata adecuada para la donación de órganos.
Los padres, que también tienen un hijo llamado Abel, de 2 años, dieron la bienvenida a Lilah el 29 de agosto, asegurando que verla abrir los ojos y escuchar su llanto fue el momento más preciado de sus vidas.
No esperaban que la pequeña sobreviviera al nacer, por lo que dijeron sentirse bendecidos de poder llevarla a casa, donde vivió durante nueve días.
Lilah falleció en los brazos de su mami el 7 de septiembre, pero sus válvulas cardíacas fueron donadas mediante la Red de Donantes del estado de Iowa, en Estados Unidos, regalándole vida a otro bebé.
Sus pulmones también fueron donados para fines de investigación médica en la Universidad de Iowa, y sus padres recalcan sentirse privilegiados de que el legado tan especial de su hija perdurará por siempre.
Fuente: Fox News
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