Dic 16, 2017 | 12:00 PM
Conrad Jensen era un adolescente brillante y amante de la diversión. Originario de Utah, Estados Unidos, podía citar a Shakespeare y gustaba de los animales, incluyendo los peces.
Aunque Conrad falleció, dejó un legado para dos mujeres también de dicha entidad norteamericana.
“Fue él quien se aseguró de que nos abrazáramos y amáramos”, dijo la madre de Conrad, Lucille.
Jensen reflexionó sobre su hijo en un homenaje que se le hizo en el Memorial Gift of Life, diciendo que aunque Conrad murió, pudo salvar a otros.
“Sentimos la firme necesidad de que vinieran los donantes, y sabíamos que eso era lo que él quería”, comentó Jensen. “Y más tarde descubrimos que eso es exactamente lo que él hubiera querido. Donó su corazón, su riñón, su hígado, sus huesos largos, sus córneas, su piel, cualquier cosa que fuera útil, todo lo donó”.
El corazón de Conrad lo recibió Jill Wright, y Amy Wilcox recibió sus riñones y páncreas.
“Cuando te hacen un trasplante de riñón, sólo obtienes uno”, dijo Wilcox. “No eliminan tus riñones nativos; esa es una pregunta que me hacen las personas. Tengo tres, pero mis dos riñones nativos ya no funcionan, por lo que el riñón de Conrad es lo que me mantiene con vida”.
En cuanto a Jill Wright, ella nació con un defecto cardíaco, y el corazón de Conrad era compatible.
“Conozco a Lucille desde hace 17 años”, comentó Wright. “Conocí a toda su familia y todos son fantásticos ahí, y hay momentos en que es abrumador, pero todos son muy buenos y cariñosos, y te hacen sentir muy apreciado y valorado”.
“Ha sido una bendición poder conocerlas”, añadió Jensen sobre las mujeres que recibieron los órganos de su hijo.
Fuente: Fox 13 Salt Lake City
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