Jul 13, 2019 | 9:00 AM
Jeri Coats fue una mujer originaria de Kansas (Estados Unidos) única en su clase.
Su hija, Meghann Stotts, la describe como “divertida”, con “un corazón de oro”.
Jeri era muy conocida en la comunidad de motociclistas del noreste de Kansas, saltando en su moto amarilla y ganándose el apodo de “Abeja Reina”.
“Cuando todos se reunían, ella era la madre del grupo. Ella se hizo cargo”, comentó Meghann.
Esto llevó a que la repentina muerte de Jeri en marzo fuera un golpe muy duro para todos.
Jeri sufrió un aneurisma cerebral en el trabajo. Mientras la familia se reunía en la unidad de cuidados intensivos (UCI), Meghann checó la licencia de conducir de su madre y vio que Jeri deseaba ser donante de órganos.
Aunque nunca lo habían discutido, Meghann destacó que realmente no fue una sorpresa para ella.
“Mi mamá se quitaría lo que fuera para ayudar a cualquiera”, dijo la joven. “Conociendo a mi madre de la forma en que la conocemos, su punto de vista era que ya no los necesitaría más (sus órganos), y que podría ayudar a tantas personas como pudiera”.
El regalo no pasaría desapercibido.
“Las familias y los pacientes son absolutamente héroes”, comentó Jana Tenbrink, enfermera gerente del Hospital Stormont Vail quien comenzó a coordinar las Caminatas de Honor en el nosocomio.
Stormont comenzó dichas caminatas el otoño pasado, inspiradas por videos que habían visto de otras instalaciones. Para que estas ocurran, todo el personal del hospital es alertado por correo electrónico y mediante llamados por altavoz. Se unen a familiares y amigos para alinearse en los pasillos y honrar a quienes, al perder su vida, la regalan a los demás.
“No se trata de volverse viral en las redes sociales con un video”, explicó Tenbrink. “Se trata de tomarse un momento para mostrar un signo de respeto, dar un paseo con esa familia. Es un paseo muy solitario desde la UCI hasta la sala de operaciones”.
La familia de Jeri no caminó sola. Sus amigas motociclistas se formaron junto a docenas de personas que nunca la conocieron.
“Fue increíble…la gente que estuvo presente”, resaltó Megahnn. “La gente que se reúne para honrar a cualquier ser humano, ya sea mi madre o cualquier otra persona, es increíble”.
La caminata de honor es el último paso de Stormont para honrar la donación de órganos. También tienen un patio con una fuente especial, y cuentan con una pared conmemorativa que rinde homenaje a quienes se convierten en héroes por la vida.
Cerca de 500 personas en Kansas, y 115,000 en todo Estados Unidos, esperan un trasplante de órganos que les salve la vida. Cada 10 minutos se agrega una persona nueva a la lista de espera, y 20 personas mueren a diario por falta de un órgano.
Tenbrink mencionó que, en los últimos cinco años, Stormont tuvo 63 donantes de órganos que regalaron vida a 200 personas, y 200 donantes de tejidos que mejoraron la calidad de vida de 15,000 pacientes.
Saber que tu madre es parte de este impacto, subrayó Meghann, es un verdadero honor.
Fuente: WIBW
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