May 10, 2019 | 12:00 PM

Dos mejores amigos refuerzan sus lazos gracias a trasplante de riñón

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Glenn Graham y Cecil Hogue han sido mejores amigos desde el tercer grado. Esa amistad dio un paso más allá en el 2018, cuando Glenn donó un riñón para salvar la vida de Cecil. “Fue una oportunidad para ayudar a un muy buen amigo y a su familia”, dijo Glenn. “Estaba feliz de hacerlo.”

En agosto de 2016, los médicos le dijeron a Cecil, ahora de 56 años, que sus riñones no estaban funcionando correctamente. A la velocidad a la que se deterioraban, eventualmente necesitaría diálisis o un trasplante de riñón.

Para la primavera de 2017, el hombre no tenía muchas opciones, pues sus riñones comenzaron a fallar. Para septiembre de ese año, sus médicos se estaban preparando para colocarlo en la lista de espera de trasplante renal.

Sin que Cecil lo supiera, su amigo Glenn estaba considerando sus opciones para ayudarlo. Su decisión quedó clara después de enterarse de que la hija de Cecil había intentado donar pero no era compatible. Glenn habló con su familia y estuvieron de acuerdo con la decisión. Posteriormente se comunicó con los médicos para ver si podía donar uno de sus riñones saludables y así salvar la vida de su mejor amigo.

“Tengo buena salud, no tengo problemas médicos”, dijo Glenn, también de 56 años y residente de Marlboro (Estados Unidos). “No vi ninguna consecuencia negativa. Lo vi como una oportunidad para ayudar”.

Sin decírselo a su camarada, Glenn acudió al hospital de la Universidad de Duke donde atendían a Cecil, para hacerse las pruebas de compatibilidad. Luego de los exámenes, se enteró de que era un “match perfecto” y sorprendió a Cecil con las buenas noticias en octubre del 2017.

“Fue un momento emotivo”, recordó el trasplantado. “Es más grande que la vida misma que alguien, sin que le preguntes, se presente para hacer esto”.

Las cirugías de estos amigos se realizó el 4 de enero de 2018. Ambos salieron bien de la operación y se recuperaron satisfactoriamente. “Eso es típico de un trasplante de riñón de donante vivo”, dijo Matthew Ellis, médico especialista en trasplantes de Duke.

“Donar un riñón es muy seguro”, subrayó. “En una unidad de trasplantes con experiencia, es raro que un paciente tenga una complicación mayor”.

Y eso se nota en el receptor del órgano. “Los riñones funcionan mejor, duran más y las personas que los reciben tienen menos complicaciones”, aseguró Ellis. “La gente necesita saber qué gran regalo es para el receptor cuando alguien decide donar un riñón”.

Con ello, Ellis busca alentar a las personas que desean donar un riñón a que hagan una cita para ser evaluados.

 

Fuente: Duke Health

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