Jun 16, 2018 | 12:00 PM
Médicos de Toronto lograron trasplantar con éxito pulmones de donantes fallecidos con hepatitis C a pacientes que los requerían, quienes recibieron tratamiento para evitar que se infectaran con este virus que daña gravemente el hígado.
Desde octubre, los cirujanos del Hospital General de Toronto (TGH) en Canadá, han practicado dichos trasplantes en 11 pacientes como parte de un estudio piloto, a fin de evaluar la seguridad del uso de pulmones de donantes infectados con hepatitis C, una idea previamente insostenible.
Esto se debe a que los medicamentos antivirales ahora pueden curar la enfermedad en el 98% de los casos. La enfermedad afecta a aproximadamente 250,000 canadienses; de ellos, entre el 40% y el 70% desconocen que albergan el virus transmitido por la sangre.
“Con la crisis de opiáceos y las altas tasas persistentes de uso de drogas intravenosas, tenemos un gran número de posibles donantes de pulmón que son positivos para hepatitis C, muchos de los cuales ni siquiera sabían que estaban enfermos cuando estaban vivos”, dijo el doctor Marcelo Cypel, cirujano torácico del TGH e investigador principal del estudio.
“El protocolo actual es no usar estos órganos, pero comenzamos a cuestionar si eso todavía tenía sentido en una era en la que los agentes antivirales directos pueden curar la hepatitis C”, comentó.
Por ello y desde el otoño pasado, los investigadores se embarcaron en esta investigación, con el objetivo de inscribir a 20 pacientes que necesitaran desesperadamente un trasplante de pulmón.
Lo que hace posible estos trasplantes es el uso de un dispositivo tipo domo, conocido como sistema de perfusión pulmonar ex vivo, el cual fue desarrollado en el TGH durante 2008. Los pulmones de los donantes se bañan en una solución especial por seis horas, lo que permite a los médicos evaluar su condición y evaluar su idoneidad para el trasplante.
En el caso de los donantes de hepatitis C positivos, la perfusión elimina alrededor del 85% de la sangre residual (transmisora del virus) en los pulmones.
Dentro de las dos a cuatro semanas posteriores al trasplante, los receptores se someten a pruebas de hepatitis C y comienzan un ciclo de 12 semanas de los medicamentos antivirales para evitar la infección del hígado, donde el virus se instala de forma natural. Con el tiempo, la inflamación causada por el virus puede provocar cirrosis grave o cáncer de hígado.
Hasta el momento, ocho pacientes con este trasplante han terminado el tratamiento para la hepatitis C y se encuentran libres del virus; dos todavía reciben los medicamentos; y uno está por comenzar la medicación.
Fuente: Toronto City News
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