Abr 19, 2018 | 2:00 PM
Una máquina que mantiene al hígado “vivo” fuera del cuerpo por hasta 24 horas antes del trasplante podría tener un “efecto transformador” en las listas de espera para donación de órganos, así lo revelaron científicos de la Universidad de Oxford, en Inglaterra.
Este innovador proceso de perfusión mediante máquina normotérmica, descrito en la revista Nature, mantiene el hígado a temperatura corporal, suministrándole sangre oxigenada, medicamentos y nutrientes, similar a un paciente que está conectado a un soporte vital.
En comparación con la técnica estándar, el dispositivo aumentó el número de hígados adecuados para trasplante, conservándolos por más tiempo y reduciendo la cantidad de lesiones en el órgano.
Los hígados suelen mantenerse fríos en una caja con hielo, pues deben transportarse hasta donde se encuentran los pacientes para su posterior trasplante. Esto puede generar daños en los órganos.
Un estudio de 220 pacientes con trasplante de hígado, el primer ensayo controlado y aleatorizado que comparó la perfusión normotérmica con el almacenamiento en frío, halló que el método condujo a una reducción del 50% en las lesiones del injerto. Asimismo, hubo un aumento del 54% en la duración media de conservación de los hígados y una tasa de eliminación de órganos inferior al 50%. Esto significa que se trasplantaron 20 por ciento más hígados, cifras que los investigadores esperan sean replicadas en un los hospitales.
“El mayor desafío que enfrenta el trasplante de hígado en todo el mundo es la desesperada escasez de órganos de donantes, con aproximadamente uno de cada cinco pacientes en el Reino Unido muriendo mientras esperan un trasplante de hígado”, dijo David Nasralla, del Departamento de Ciencias Quirúrgicas Nuffield de la Universidad de Oxford y autor principal del trabajo.
“En nuestro estudio, no solo hemos demostrado que los hígados conservados con perfusión de máquina normotérmica tienen mejores resultados después del trasplante, sino que estos hallazgos se lograron en el contexto de una mejor utilización de órganos y una mayor conservación, en comparación con el almacenamiento en frío convencional en una caja con hielo”, destacó.
El experto afirma que estos resultados pueden traducirse a la práctica clínica, y podrían tener un efecto transformador evitando la mortalidad en la lista de espera para estos trasplantes.
Hoy en día, muchos órganos de donantes potenciales no pueden usarse debido a que los hígados “subóptimos” no reaccionan bien al almacenamiento en frío. Los cirujanos tampoco tienen una forma confiable de evaluar si funcionan correctamente antes del trasplante. Sin embargo, la máquina, el resultado de más de 20 años de desarrollo, puede realizar pruebas para ver qué tan bien funcionaría un hígado después del trasplante.
Si bien el ensayo solo examinó los hígados que se considerarían adecuados para el trasplante según la práctica estándar, la tecnología podría permitir a los cirujanos considerar un conjunto más amplio de órganos de donantes.
Fuente: The Scotsman
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